“La actividad comercial en Tucumán atraviesa una etapa muy dura y preocupante. En el primer semestre del año, los ingresos se vieron disminuidos y los egresos fueron cada día más altos. Esta situación fue el resultado de este fenómeno denominado estanflación, es decir recesión económica con inflación”. Así, Miguel Molina, vicepresidente de la Cámara de Comercio de la capital tucumana, resumió la situación que afronta el sector, al tiempo que vinculó la dinámica del comercio con el funcionamiento de las industrias y de las producciones agrícolas de Tucumán. “Si la industria y la producción andan mal, el comercio también. Si las actividades azucarera y citrícola no tienen un buen año, el comercio también se reciente, ya que hay menos dinero en la plaza y, por lo tanto, menos consumo”, argumentó. Ante este escenario, Molina remarcó que los comerciantes de la capital provincial trabajan para revertir esta tendencia negativa mediante el desarrollo de dos proyectos conjuntos: el centro comercial a cielo abierto -que busca convertir el área comercial del microcentro en un moderno paseo de ventas- y el impulso al turismo. “El primer proyecto está definido. Trabajamos ahora para contar con un plan de obras que demore el menor tiempo posible, para no afectar a los comerciantes. Será de gran ayuda para fortalecer las ventas”, aseguró. Finalmente, Molina señaló que, “ante las dificultades que atraviesan las principales industrias de Tucumán, el turismo se perfila como una opción valiosa para generar ingresos.
El comercio depende de la industria y del campo
El sector comercial afronta el doble impacto de la recesión y de la inflación.